sábado, 20 de junio de 2009

Requiem. Robert Heinlein. 1940.


Club de Lectura de Relatos de Ciencia Ficción.
Sesión 05.
Requiem. Robert Heinlein. 1940.


Heinlein es sin duda uno de los autores más famosos, y también controvertidos, desde siempre en la ciencia ficción. Uno de los Grandes, ju
nto a Asimov y Clarke. Fue el primer autor en serle otorgado con el grado de "Gran Maestro" por la Sociedad Americana de Escritores de Ciencia Ficción (SFWA). Y entre otros reconocimientos cuenta con el hecho de que un cráter de Marte ha sido bautizado con su nombre. Sus obras van desde inocentes novelas juveniles hasta apologías del militarismo y otras relacionadas con el movimiento hippie. Un escritor sumamente multifacético y prolífico. Esto ya desde el inicio, pues debo comentarles que fue difícil decidir cual de sus primeros cuentos incluir en esta primera etapa del Club dedicada a la Edad de Oro. Otras posibilidades eran "Linea de Vida", "Los Caminos deben Seguir", "Y Construyó una Extraña Casa", y "Si Esto Continua...". Finalmente hemos elegido "Requiem" por dos razones; 1. Porque la idea tendría consecuencias en la propia obra de Heinlein, al ser retomada en la novela "El Hombre que Vendió la Luna". 2. Porque refleja claramente una constante en el pensamiento de Heinlen. Su compromiso con la libertad individual por sobre la "autoridad".
Este relato fue publicado originalmente en Astounding, en su número de enero de 1940.

Nota: La siguiente reseña fue publicada por Omar Vega y reproducida aquí con su consentimiento.

Interesante historia de Heinlein que me encantó.

Lo primero que me gustó es que no se trata de otro cuento mas sobre marcianitos verdes, gatos ajedrecistas, pulpos inteligentes, genios plumiferos o lampreas vivarachas. ¡No señor! No se trata de BEMS, y se agradece. Este cuento trata sobre SERES HUMANOS y no de espectros del hyperspacio o de la imaginación profunda. ¡Que alivio! X-D

En cuanto a la redacción y técnica, no la encontré compleja. El autor usa fragmentos cortos para describir escenas y cambia de ellas sin transiciones. Quizás pueda ser incómodo para quienes no se han encontrado con tal técnica con anterioridad, pero me parece que no tiene nada de extraordinario. El hilo del cuento se sigue bien. Creo que separandolas con lineas en blanco sería más legible.

Me gustó, además, la selección de personajes. Nada de científicos locos o de ingenieros mateos, al estilo Asimoviano, sino personas comunes y corrientes: dos pilotos perdedores que se ganan la vida en una feria y un millonario que quiere cumplir su ultimo deseo.

Es curioso, pero creo que en cierta manera Heinlein prevee el turismo espacial, donde los millonarios tratan de usar su dinero en alcanzar ese sueño inalcanzable de la niñez. En efecto, viendo como hoy tantos millonarios gastan 20 millones de dolares cada uno para dar unas vueltitas en órbita, creo que Heinlein estaba en lo correcto. Además, sitúa su campo de lanzamiento en el Oeste Norteamericano, quizás cerca del desierto de Mohave, donde hoy despegan los cohetes privados, como el SpaceShip One, que se parece mucho a la nave "Lunatica" del cuento. Interesante idea de la empresa privada y del turismo espacial.

Diganme que no se parece a la "Lunatica"

Tambien es atractivo, además, que los pilotos trabajan en una feria haciendo exhibiciones con un cohete obsoleto y destartalado, al estilo de Star Wars, donde toda la tecnología avanzada es vieja.... ¿coincidencia? no lo creo. Heinlein se inspiró sin dudas en las ferias de aviación que eran comunes en su época. La nave en si no tiene nada de extraordinario para lo que se imaginaba la gente de su época. Es raro que la idea de los cohetes con etapas multiples todavía no existía, o no estaba generalizada. Tambien me llamo la atención ese detalle retro, de que el piloto llamaba por un tubo a la sala de maquinas... como lo hacían en tiempos de los barcos de vapor. Nada de comunicaciones eléctricas, solo un tubo... X-D

El tema que trata se me antojó Shakespereano o universal. Se trata de la búsqueda de una quimera. Del logro de un anhelo antes de morir. ¿Es que acaso no somos parecidos al protagonista? ¿Acaso no estáen todo humano el mismo tipo de sueños y fustraciones? Es por eso que los personajes parecen cercanos, pues podría tratarse de nosotros mismos. Y si sacamos los cohetes y la parafernalia nos quedamos con una historia que funciona bien en todo tiempo o lugar. El empresario Quijote se lanza al espacio cual caballero andante con traje presurizado: he ahí donde encuentro la inspiración de Heinlein para este cuento pues, es sabido que el autor era un admirador de la cultura Hispánica.

Me gusto la historia, además, pues se trata de una Space Opera dura, predictiva, que se atiene a la ciencia conocida de la época. Estamos en 1940 cuando Goddard ya había realizado sus experimentos con cohetes y en muchas partes del mundo se hacían experimentos para alcanzar la estratosfera. El mundo ya estaba en guerra pero Estados Unidos todavía vivía un respiro. Heinlein muestra el tema científico de paso, sin distraernos de la historia, pero con agudeza y precisión. Habla de mezclas de gasolina y oxigeno, y de combustible ionizado, ideas factibles para la ciencia de su dia. También habla de generar gravedad artificial por rotación, sin recurrir a los "mágicos" campos gravitatorios de tantos otros escritores.

No, Heinlein rehuye toda la tontera del "unobtanium" (misteriosa materia que no se encuentra en ninguna parte), o de los viajes por el hyperspacio o la dimension 514. El se concentra en la ciencia de su tiempo y de sus posibles proyecciones. Y por eso el viaje es sólo a la Luna. Haciendo de la historia algo "real", alcanzable para los lectores que leyeron su cuento al salir publicado por primera vez. Es curioso que muchos de ellos si vieron el primer viaje a la Luna treinta años despues.

Una vez Asimov afirmó (algo parecido) que para hacer buena CF había que ser científico (Asimov era doctor en Química). Heinlein le respondio que bastaba con leer la "Scientific American". Heinlein no era científico, pero si se preocupaba de los detalles cientícos y lo hacía bien.

Tambien me gustó la descripción de su generación fascinada por el espacio y la tecnología. De una época donde los jovenes hacían sus propias radios y cohetes. Una época que vivía fascinada por el futuro y la conquista del espacio. Y previo muy bien que esa época pasaría (como asi fue) y que en el futuro (hoy) primaría la indiferencia. Y que el primer cohete que llegó a la luna terminaría como chatarra de feria. (Lo que coincide con la realidad: el ultimo Saturno V lo estácarcomiendo el óxido, disolviendose literalmente sin que a nadie le importe, mientras es mostrado como chatarra al curioso ocasional)

A mi me toco vivir la última generación de quienes vivimos fascinados por el futuro, los cohetes, la conquista espacial. Fue una época fantástica y haber presenciado en vivo y en directo el primer hombre en la Luna lo considero uno de los eventos más importantes de mi vida. Después vino la crisis ecológica, la explosión del Challenger, Chernobil, el hoyo en la capa de ozono, la edad de las drogas y de la depresión constante. Hoy la gente ya no tiene esos sueños de un futuro alcanzble. Fue bonito mientras duró. X-D

En resumen, me gustó muchísimo su cuento.

De acuerdo a la mayoria de los críticos, Robert Heinlein fue el principe de los escritores de ciencia ficción de su época dorada y quizás de todo el siglo XX. Desde que comenzó a publicar, jamás un editor rechazo ninguno de sus cuentos. El publico le adoraba y sus colegas le envidiaban, en particular Asimov que no podía controlar los nervios ante alguien de más talento.

A Heinlein se le acusó de Nazi, de derechista y de inhumano, y cuantas otras cosas más, pero es claro que quien le lee termina fascinado con este escritor, por algo sera.

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